más aún cuando lo escrito cae en manos de agnósticos o pragmáticos que lo utilizan para desprestigiar a los que nos gustan estos asuntos. Pero aun así, me he decidido hacerlo en un intento más de impulsar esta interesante disciplina; no para que sea creída ni siquiera aceptada, sino tan sólo para que sea un poco más respetada.

Lo cierto es que la ignorancia y la desfachatez afecta siempre a los extremos: por un lado están los que amparándose en la parapsicología o las ciencias ocultas, se aprovechan de la buena voluntad de las personas para engañarles y por otro, los que escudándose en la ciencia, lo mezclan todo confundiendo a unos e indignando a otros.

Es el caso de un documento, que no hace mucho releía en un viejo número de “Muy Interesante”, titulado “Las Falsas Ciencias” en el que cuestionaban todo el mundo de la parapsicología con casos muy puntuales de fraudes, personas muy concretas de dudosa reputación, y escogiendo sus particulares definiciones para encajarlas en el hueco justo de su artículo y así poder “matar” mejor y por si fuera poco, cada artículo lleva como titular frases tan “respetuosas” como “los videntes se ponen en evidencia”, “No es ovni todo lo que reluce” o “cura sana, culito de rana” para referirse a la medicina natural.

Ya sé que lo fácil es meterlo todo en el mismo frasco, agitarlo y plasmarlo en un artículo, a ser posible de una revista de ciencia para que las carcajadas de algunos sean más estrepitosas. Digo de algunos, porque no todos los que leemos habitualmente ese tipo de revistas, pensamos igual sobre las personas serias que se dedican a estudiar temas relacionados con la parapsicología, que nada tienen que ver con las abducciones marcianas, ni con la supersticiones, ni con los charlatanes que tratan de engañar a los demás, por mucho que se empeñe José Pardina, Director de la prestigiosa revista.

Bien es verdad que no es lo mismo la mala fe que el no saber, pero ambos hacen daño, además los hombres de ciencias, (ellos más que nadie) deberían poner especial cuidado en no incluir todo en el mismo cajón, y documentarse bien antes de escribir alegremente sobre asuntos que desconocen, para evitar desprestigiar a personas honestas que han dedicado su vida a investigar y divulgar los fenómenos paranormales con seriedad, respeto y cautela. En parapsicología, al contrario que en la ciencia, nadie sostiene rotundamente nada.

No se trata de enmendar la plana a nadie, ni mucho menos dar lecciones de nada a personas tan relevantes, sólo recordarles que vivimos en un mundo donde todo está conectado, o al menos tiene más relación de lo que nos parece y que generalizar es un error en el que algunos no deberían caer.